Caminado por la Garrotxa
La Garrotxa, evidentemente, tiene fronteras administrativas, pero el visitante atento pronto se dará cuenta que todos los territorios que la rodean, además de tener un gran interés paisajístico, desprenden un aire de familia. Esto se pone claramente de manifiesto si pensamos, por ejemplo, que el Consorcio de la Alta Garrotxa incluye partes de l’Alt Empordà y el Ripollés. El hecho es que la naturaleza no entiende de rayas en el mapa y los paisajes van más allá de cualquier separación que podamos establecer los humanos. Así, con un criterio parecido al que se ha utilizado para fundar el Consorcio de la Alta Garrotxa, podríamos, imaginariamente, reconstruir otra zona natural relativamente grande, una especie de Gran Garrotxa. De esta manera, junto con la Garrotxa propiamente dicha, esta zona integraría todo un conjunto de territorios pre pirenaicos y pirenaicos de la provincia de Girona, de parte de Barcelona y Francia. Incluiría, así, comarcas de los Pirineos Orientales franceses por el norte, el Pla de l’Estany, el Gironès y l’Alt Empordà por el este, l’Osona y la Selva por el sur, y el Ripollés por el oeste.