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Estación Ripoll, Sant Bartomeu, Obaga dels Cirers, Sender Sant Bartomeu, Obagues de Puigbó, Turó de Sant Antoni

El objetivo de esta salida es el de dar una vuelta por el entorno oriental de Ripoll, además del de explorar algunos senderos. Como puntos destacados, tenemos las ruinas de Sant Bartomeu y Sant Antoni. También la iglesia modernista de Sant Miquel de la Roqueta, en la misma Ripoll. Otro punto interesante es el sendero asalvajado de Sant Bartomeu. Se trata de un entorno prepirenaico. La salida discurre por trochas, senderos, pistas de tierra, pistas asalvajadas, y algún tramo de pista de hormigón. También andaremos unos 400 metros de carretera. Circularemos, igualmente, por senderos sombríos y tramos despejados con vistas al Pirineo y a todo el entorno montañoso. Por lo que se refiere a la flora, encontraremos, primordialmente, pinares y hayedos, también robledales y otros tipos de frondosas.

Mieres, Portellera del Freixe, Santa Maria del Freixe

Salida del 17 de enero de 2019. Es una versión algo alargada de la salida al mismo sector del día 10 del mismo mes. Esta vez hemos ido a buscar el Camí de Finestres para ir subiendo de forma paulatina hasta la Portellera del Freixe, donde encontramos el poste del cruce que nos indica tanto la dirección hasta el poblado ibérico de la Palomera, como a la ermita de Santa María del Freixe. Tomaremos la dirección de Santa Maria. Desde la ermita tomamos nuevamente la Ruta Carboners, y bajaremos hasta la fuente de Can Salavia. Desde allí andaremos por la pista asfaltada que nos devolverá a Mieres. Nada más llegar a Mieres iremos hasta la fuente de la Cellera y después por el precioso paseo de tierra que discurre de forma paralela a la riera del Merdança. Desde la ermita de Santa Maria del Freixe podemos contemplar una excelente vista, tanto a la Serra de Finestres y al Castell, como al Collsacabra, un poco más a lo lejos.

Setcases, Tregurà, Mare de Déu del Catllar

Sencillo recorrido que discurre por bonitos bosques y atraviesa algunos barrancos. Uno de ellos nos regala la espléndida imagen de una cascada de unos tres o cuatro metros de caída. En general, el camino no tiene ninguna dificultad y está casi todo bien marcado en amarillo. La hemos hecho en contra del sentido del reloj, y solo al final, pasado el santuario del Catllar, el sendero se desdibujaba en los prados y bosques fluviales del Ter, por lo que costaba de rastrear. En algún tramo hemos tenido que pasar al borde del río, además, hemos tenido que saltar algunaalambre de contención de ganado, pero lo dicho: sin dificultades técnicas.

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