Vall de Bianya. Carena de Puigsolana

Desde hace tiempo quería explorar la Carena de Puigsolana en toda su longitud. Hoy casi lo he conseguido, y como resultado se ha dado una buena excursión. La Carena de Puisolana se halla al norte de Hostalnou de Bianya, y emerge como una isla en medio de la llanura que conforma el valle encajonado, más o menos, entre la Serra de Sant Miquel al sur y la de Malforat al norte. Es un lugar encantador que nos va a regalar la vista. Mejor hacer el recorrido en primavera, porque es cuando disfrutaremos de una paleta más rica de verdes.
Se trata de una pequeña y amena salida que aprovecha pistas forestales, caminos, senderos y trochas para crear un paseo que recorre bosques de robles y encinas a todo lo largo. También encontraremos algo de bosque fluvial y plantado. No tiene ninguna dificultad. Sólo he encontrado que a causa de la lluvia algunos sectores estaban colapsados por hierbas altas y un poco de maleza. Eso significa también que algún tramo no era sencillo de rastrear. En el fondo, sin embargo, no había nada serio que obstaculizara el paso. En el ascenso desde la plana de l’Aulina el terreno estaba muy resbaladizo, ya que el barro se unía a la fuerte pendiente.
Tenemos que cruzar bastantes pastores eléctricos, así que no olvidemos cerrar las puertas de alambre o de dejarlas tal y como las encontremos, ya que si no lo hacemos podemos provocar que el ganado se escape en busca de nuevos pastos. En este sentido, si queremos transitar por estas zonas debemos tener respeto por la propiedad privada y tratarla como si fuerea nuestra propia casa. Así conseguiremos que los propietarios de los terrenos permitan las excursiones por sus dominios.

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Hiloo de cerrar las puertas, perfecto y obligatorio, si queremos ser bien recibidos por los payeses.
Es su propiedad y su casa, no la nuestra, por tanto, transittar sin molestarles ni a ellos, ni a su ganado, ni a sus sembrados. En silencio.
De eso se trata. Respetar naturaleza y los bienes de los payeses. En el fondo, respetar lo suyo también es respetar lo nuestro, porque al final la naturaleza es de todos y debemos cuidarla