Nota: El puente de hierro desapareció el año pasado a causa de una riada del Fluvià y no es posible cerrar la excursón tal y como estaba en esta entrada. Por este motivo, se ha cambiado el track para hacerlo pasar por el polígono industrial de les Coromines. De esta manera se completa la circular. Como es lógico, también he cambido los graficos y el cuadro de datos.
TEXTO ORIGINAL:
El estudio de la estética distingue entre lo bello y lo sublime. En la Garrotxa hay incontables lugares que podemos calificar de bellos, incluso de extraordinariamente bellos y espectaculares. El coll de Vivers no es ninguno de ellos, pero una mirada atenta puede distinguir en ese rincón algo de lo sublime. El coll de Vivers es, de esta forma, algo que sin ser bello o extraordinario puede cautivar el espíritu más que la mirada. En él, además, podemos encontrar encinas casi monumentales.
Mas allá del coll de Vivers, la excursión es más bien normal y no tiene nada destacado aunque en ella podamos encontrar bastantes rincones de bosque con cierto encanto. Sigue las marcas amarillas, es más bien corta y se puede hacer en una matinal o en rato perdido. Sus 400 metros de subida acumulada tampoco la convierten en algo especialmente duro, así que se la puede calificar de salida de “mantenimiento”, para hacerse en algo menos de tres horas o para estirar las piernas. En general, siguiendo el sentido del reloj, solo hay un punto que nos puede decepcionar: pasados el Mas Vilar, la ermita de Sant Sebastià y cruzado por un puente de hierro el río Fluvià, nos encontraremos un pequeño tramo bastante abandonado y sucio. De hecho, estamos ya junto a una zona industrial y ese abandono quizá se deba a ello. Terminamos el recorrido por el pueblo y sus calles. Bien cuidado y con rincones agradables a la mirada.
Olot, Sant Joan les Fonts, Castellfollit de la Roca, Muntanya de Vivers, Coll de Vivers