

Salida de mantenimiento a Lligordà y Maià de Montcal, del 17 de octubre de 2020. Tenía como objetivo explorar caminos alternativos que unieran Palera con Maià, pasando por Lligordà. No tiene nada extraordinario aunque sí algún camino interesante.
Hemos dejado el coche en el aparcamiento de Lligordà. Desde allí, tomando la carretera de Beuda en dirección Besalú, y a unos docientos metros, daremos con la pista que va al vertedero del Clot de les Mules. De entrada, no iremos a él, sino que, a 700 metros aproximados del inicio, abandonaremos la pista principal para ascender por otra secundaria, con el objetivo de alcanzar la cota 352, conocida como el Lluert Negre. El problema que hemos tenido es que el sendero que nos conducía a este punto estaba colapsado e intransitable, y nos hemos visto obligados a tomar otro alternativo que nos ha conducido al extremo más oriental del vertedero del Clot de le Mules, más concretamente a un camino que lo rodea. Como os podéis imaginar, no se trata del lugar mejor perfumado, aunque afortunadamente el tránsito por esta zona es corto: desde el Km. 2,3 hasta el 2,5. Superada esta parte, pasamos por sucesivas pistas y senderos atravesando los bosques de Cal Nen y de Ca l’Hospital. Pasado éste, llegamos a caminos asfaltados, a Maià de Montacal y a su iglesia (Km. 4,95).
Desde Maià de Montal aprovechamos tramos de senderos saludables y un pequeño recorrido de color amarillo que, pasando por el Pla de Sunyer y el Pla de Baix, nos dejará de nuevo en la carretera de Beuda. Aquí, justo en frente, hay una trocha (Km. 9,5) que nos va a conducir a los senderos amarillos de la zona de Palera. Por ellos, mediante sucesivos enlaces y por atractivos bosques, llegaremos al santuario y al sepulcro de Palera. En el Sant Sepulcre, en una pequeña explanada y aparcamiento (hay un restaurante), veremos un poste de Itinerannia que nos indica el camino de Lligordà. Tenemos que seguirlo, pero con cuidado porque en algún punto se ramifica en otras direcciones.




