

Salida del 2 de enero de 2021. El objetivo primordial era el de encontrar un itinerario que subiera desde Joanetes hasta el Coll de Bracons, evitando, tanto como fuera posible, la carretera. En este empeño ya había hecho tres intentos anteriores, pero en ningún caso lo conseguí. Al final, ha sido necesario andar dos kilómetros por la GIV-5273, aunque he evitado un tramo de la misma entrando en el pueblo, cosa que, en tanto que se trata de una preciosa villa, hace el recorrido asfaltado algo más entretenido.
Una vez alcanzado Bracons, he seguido por el itinerario marcado en amarillo que discurre a lo largo de la Serra de Llancers hasta Sant Miquel de Falgars, y desde allí he seguido el GR para volver a Joanetes. Salvo esos dos kilómetros de carretera referidos y básicamente, el recorrido se desliza por senderos, aunque también por pistas forestales asilvestradas y algo de pista asfaltada (1000 metros para cerrar la excursión).
En general, disfrutaremos de excelentes senderos, rincones de bosque extraordinarios, vistas a la Cabrera, al macizo del Puigsacalm, a la Garrotxa y a sus montañas, todo ello con el telón de fondo del Pirineo, y también a la comarca de Osona. Algún tramo del recorrido tiene dificultad de rastreo, aunque por lo general todos los senderos están bien dibujados sobre el terreno.
He dejado el coche en el aparcamiento público de tierra de Joanetes, y desde allí me he dirigido a la carretera que pasa por el núcleo principal del pueblo. Casi un kilómetro después he salido a la carretera general para entrar en un camino de cemento, y desde allí empezaremos a andar por ella hasta el kilómetro 2,07, donde tomaremos el desvío que nos conducirá a la ermita de Sant Mateu, aunque antes (en el Km. 2,51), saldaremos del camino de cemento y ascenderemos por una trocha para alcanzarla (hay un cartelito indicador).
Desde Sant Mateu empieza el sendero que asciende a Bracons. Mirando hacia este puerto desde la ermita veremos dos caminos claros: uno a derecha y otro más en frente. No debemos tomar ninguno de los dos. Mirando montaña arriba entre ellos, intuiremos (más que veremos) una trocha perfilada en el terreno. Tenemos que ascender por ella.
Primero, más que por sendero, parecerá que andamos bosque a través, aunque si estás acostumbrado a rastrear se ven indicios de camino. Esta situación no dura mucho, ya que pronto el cordel se hace más claro y mucho más bien dibujado. Esta ventaja se mantendrá hasta alcanzar el Coll de Bracons, aunque he podido comprobar que los senderos de los planos y la realidad, en buena parte del recorrido, no coinciden para nada. En todo caso, enlazando senderos, trochas y pistas asilvestradas he alcanzado el Coll de Bracons (Km. 7,05). Evidentemente, como era fin de semana, estaba repleto de coches de todos aquellos que querían ascender al Puigsacalm por la ruta más sencilla.
Después empieza la travesía por la Serra de Llanacers. El sendero está bastante bien marcado en amarillo y es difícil perderse, aunque en algún punto, si no nos fijamos, nos podemos despistar. Pasáremos por bonitos hayedos y disfrutaremos de vistas excelentes tanto a la Cabrera, cuando andemos por vertiente sur, y al Puigsacalm y a la Garrotza cuando andemos por vertiente norte. En todo caso, sobre el kilómetro 12,8, alcanzaremos el GR y el itinerario amarillo que nos va a llevar muy pronto a Sant Miquel de Falgars y a hacia Joanetes, pasando por un bonito sendero.
Para alcanzar Joanetes, al final, podemos optar por utilizar el GR o el sendero amarillo (ya que llega un punto donde se separan). Yo he optado por el GR, ya que me dejaba más cerca del punto de aparcamiento. Aun así, lo he abandonado en la masía Comelles para ir a buscar las pistas asfaltadas por las que he vuelto a la carretera y al punto de inicio.
Hay que decir que he podido disfrutar de la nieve en buena parte de la excursión, y ello ha hecho que la salida fuera todavía mucho más interesante. En contrapartida, los senderos estaban muy húmedos y en alguna parte muy resbaladizos.




