Excursión del 17 de junio de 2020. El pasado día 13, uno de nuestros colaboradores, acompañado de un grupo de personas, trató de cerrar la presente excursión. Lo consiguieron, pero se vieron obligados a transitar por la carretera. Este 17 he vuelto en solitario para ver si podía encontrar una alternativa que lo evitara, pero también ha sido inútil y he tenido que andar medio kilómetro por la carretera Besalú-Figueres.
A pesar de todo, la excursión está bastante bien, sobre todo por lo que se refiere al tramo que discurre junto al río Fluvià. Pasa por tramos de bosque mediterráneo bastante interesantes y por el bosque fluvial y húmedo que se pega al río. Casi toda va por pista forestal, aunque hay algún sector de sendero y también pasa por el margen de un campo de cereales para enlazar caminos.
Los puntos más interesantes se hallan junto a la represa del río, un entorno bastante espectacular y, principalmente, el descenso hasta Sant Miquel de Roca, un ermita construida y excavada en la roca. Desde allí también se ve desde lo alto la represa de Martís. El descenso hasta Sant Miquel es bastante abrupto y allí el GPS no sirve para nada, ya que el camino pasa tan pegado a la pared que la recepción se distorsiona frenéticamente. Para llegar a la ermita hay que subir por un escalera de hierro, y debemos tener cuidado porque está algo colgada sobre el precipicio.
Además, pasamos por poblaciones interesantes y bastante bonitas, como la misma Crespià y Dosquers. Aunque la salida no es genial, es lo suficientemente interesante para perder una mañana en ella.
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