
Tanto Alquézar, como su entorno natural, así como el propio abrigo de Chimiachas son absolutamente sorprendentes. Más sorprendente es encontrarse la pintura prehistórica de un ciervo digna de las propias cuevas de Altamira o Lascaux. Aunque tuviera 30 kilómetros la caminata valdría pena solo para contemplar esta muestra del sentido del arte de nuestros antepasados. Para alcanzar a ver la pintura hay que subir por unas escaleras colgadas en la pared rocosa.
Tanto Alquézar, como su entorno natural, así como el propio abrigo de Chimiachas son absolutamente sorprendentes. Más sorprendente es encontrarse la pintura prehistórica de un ciervo digna de las propias cuevas de Altamira o Lascaux. Aunque tuviera 30 kilómetros la caminata valdría pena solo para contemplar esta muestra del sentido del arte de nuestros antepasados. Para alcanzar a ver la pintura hay que subir por unas escaleras colgadas en la pared rocosa.

Alquézar, abrigo de Chimiachas (pintura prehistórica)