Santa Cilia de Panzano, tozal de Guara (2077 m)

La Sierra de Guara tiene una ventaja que no tienen otras zonas: unas comunicaciones inmejorables. Además de ello estamos ante un paisaje notablemente abrupto que se ha hecho internacionalmente célebre por sus barrancos, a los cuales acuden a practicar el deporte del barranquismo numerosas personas. También podemos encontrar una fauna salvaje excepcional, de la que destacan una ingente cantidad de buitres, tantos que en determinadas ocasiones dudamos de si estamos realmente en Europa o si nos hemos trasladado a la África más profunda. También destacan sus restos prehistóricos, tanto paleontológicos, como arqueológicos. Esta excursión, sin embargo, no tiene como objeto recrearse en ninguna de estas cosas, sólo pretende alcanzar el Tozal de Guara por su ascensión más fácil, aunque no por ello la más corta. Hay que advertir, sin embargo, que esta facilidad es más bien teórica, ya que la vez anterior que intentamos acceder a la cumbre por esa misma vía tuvimos que dar marcha atrás por causa de una ventisca brutal que se nos echó encima, ello durante el mes de octubre. Esta vez también hemos tenido que luchar, en determinados momentos, contra ráfagas de viento extremas, aunque no nos han impedido acceder a la cima. Allí estamos en una atalaya extraordinaria para contemplar el Pirineo Central y todas sus estribaciones, entre las que destacan la Peña Montañesa y la Peña Oroel, que custodia la bellísima ciudad de Jaca, incrustada en el corazón mismo de los Pirineos.