Después de tanto tiempo sin andar, principalmente a causa del Covid19, no quería proponerme nada complicado, y hacía tiempo que quería grabar dos caminos poco usados para subir al volcán Croscat. Aunque una vez que estaba allí he alargado la salida para que no fuera tan corta y me sirviera de algo de entrenamiento para recuperarme de la inactividad física.
Por este motivo, y sin madrugar, me he acercado a Can Xel para hacer la pequeña ascensión, que pasa por un bonito bosque mediterráneo y muy cerca de la parte alta de las gradas de tierra volcánica que han hecho famosa y especial a esta montaña. Cabe decir que hay como una especie de mirador, pero el terreno es muy inestable y no recomiendo acercarse demasiado a él, ya que podríamos deslizarnos por la abruptísima pendiente. Poco después llegaremos a la cumbre, donde encontraremos una ruina y otro mirador bastante bonito. Desde la cima bajaremos por una vereda algo áspera que sale en el Pla de Maçandell. Rodearemos la cara norte del Croscat. Desde allí podremos disfrutar de la imagen de las gradas, aunque desde abajo. Pronto alcanzaremos la pista asfaltada, cruzaremos la carretera general y el aparcamiento del Santa Margarida (que lleva días cerrado).
Seguiremos pisando camino asfaltado por el flanco este del volcán Santa Margarida hasta alcanzar el sendero que nos lleva al Coll de Bassols, y costea la cara norte de la montaña. Desde el Coll de Bassols seguiremos combinando caminos y trochas. Pasaremos por Sant Miquel de la Cot, enlazaremos con al fábrica de yogures por otro sendero quebrado y, desde allí, todo es muy fácil y sólo hay que dejarse arrastrar por el track .
Aunque no sea nada excesivamente espectacular, se trata de un paseo agradable.
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