Con sus abruptas y verticales paredes, el Cirque de Navacelles es una enorme y espectacular herida abierta en el altiplano del Massif Central francés, como una especie de Cañon del Colorado en miniatura. Desde el aparcamiento de la Baume Auriol, se inicia un descenso casi vertical, que, aunque no presenta dificultad técnica de ningún tipo y el camino es lo suficientemente ancho, hay algún pequeño tramo expuesto y hay que bajar con cierto cuidado. Cerca de una hora más tarde, se alcanza el pueblo de Navacelles en el fondo del valle, y desde allí se inicia la circular. Si se va en sentido de las agujas del reloj hasta el Moulin de la Foux, se sigue de forma paralela al cauce del río. Antes de empezar este tramo hay un cartel que advierte que el camino, durante lluvias torrenciales, es impracticable. El recorrido, en esta parte, discurre encerrado en el bosque y puede calificarse de mágico. Una vez alcanzado el Moulin, se inicia el regreso hasta Navecelles. Aquí el paisaje cambia totalmente. Se alcanza una carretera, que seguiremos durante unos 500 metros. Cuando la dejamos cruzamos un puerto profusamente decorado con hitos de piedra. A partir de aquí comienza un sendero estrecho que, aunque nada técnico, es francamente expuesto. Por él iremos por la pared norte del circo hasta el puente y la localidad de Navacelles. Desde allí, tendremos que subir para regresar a la Baume Auriol. No cabe duda que con hielo este recorrido puede ser peligroso.
También se puede llegar en coche hasta Navacelles si no queremos descender y volver a subir hasta la Baume Auriol.
Clermont-l’Hérault, Massif Central, Cirque de Navacelles