Sant Joan les Fonts, la Cau, coll de Vivers
El estudio de la estética distingue entre lo bello y lo sublime. En la Garrotxa hay incontables lugares que podemos calificar de bellos, incluso de extraordinariamente bellos y espectaculares. El coll de Vivers no es ninguno de ellos, pero una mirada atenta puede distinguir en ese rincón algo de lo sublime. El coll de Vivers es, de esta forma, algo que sin ser bello o extraordinario puede cautivar el espíritu más que la mirada. En él, además, podemos encontrar encinas casi monumentales.
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