Si buscamos una excursión de alta montaña fácil y bonita esta es una de ellas. Además, nos obsequia, una vez alcanzada la cumbre, con una impresionante vista al valle de Lanós y la abrupta cara Oeste del Carlit, que subimos en los años 80, cuando todavía no existía eso del GPS. La ascensión al Coma d’Or llenará nuestra vista y nuestra alma de un paisaje armónico y podemos acceder a él de forma muy relajada, casi como si fuéramos de paseo. Es por ello que la recomendamos mucho aunque como siempre advertimos que como estamos en alta montaña, siempre hay que ir preparado para los cambios imprevistos de tiempo, ya que a esas altitudes no es infrecuente que la naturaleza cambié su humor.
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