El Vall de l’Hormoier es uno de los lugares más excelsos y salvajes de la Garrotxa. Se accede a él desde la población de Oix, desde un camino que parte de la carretera que une esta localidad con Beget, pero situado a un kilómetro aproximado de la primera. Al principio tendremos que circular por un paisaje totalmente mediterráneo, seco, de matorral, culminado por encinas. Una vez cruzamos la garganta que separa el Ferrant del Bestracà el paisaje cambia totalmente, y llegamos a un bosque atlántico, de avellanos, hayas, castaños, etc. En verano también notaremos un notable descenso de las temperaturas entre una parte y otra.
Una vez alcanzado el Valle del Hormoier, si no queremos ir a la ermita de Sant Miquel, seguiremos el GR para ascender hasta Talaixà, un lugar que hizo mítico un ermitaño que, salido de la Guardia Civil, buscó una vida en soledad. Desde Talaixà, tendremos una vista privilegiada a la alta Garrotxa, la Vall de Riu, el Bassegoda, etc. A partir de este punto empezaremos a subir el Ferran, con cuidado de no perder el camino porque el terreno fuera de él puede ser peligroso y aéreo. Cuando nos acerquemos a la cumbre tendremos que pelear con rocas calizas afiladas y que dificultan el camino.
El regreso empieza de la misma manera, pero después alcanzaremos un sendero más cómodo que se desliza pendiente abajo en dirección a les Escales. Si antes de llegar a Santa María de les Escales queremos ir a la Balma de la Corneta hemos de saber que tendremos que trepar un poco, tanto para bajar hasta ella como para volver desde ella. No ofrece ninguna dificultad y es muy corta, pero como en toda trepada hemos de aconsejar atención a lo que hacemos. Después sólo nos queda disfrutar de lo que nos queda de camino de regreso, primero por un bosque muy sombrío, y luego por el paisaje mediterráneo descrito anteriormente.
Sendero con riesgo desde Talaixà hasta la cumbre Ferran si se pierde el camino. Riesgo en el camino hasta la balma de la Corneta
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